martes, 10 de marzo de 2009


El fín de semana ha sido intenso. El viernes vino Julia y una amigo suyo , Rafa. Un chico también del movimiento contra Bolonia de Sevilla que apenas conocía de haberlo visto un par de veces y que por cinísmo del destino estudia en Bologna.


Julia, Rafa y yo bajo la cúpula del Pantheon. Después de quince intentos al fín conseguímos que yo no tapara el centro de la cúpula, al menos por completo.


El viernes por la tarde estuvimos por Colisseo y el centro y por la noche estuvimos bebiendo en casa con Pablo, Manolo y algunos de los franceses, así que por defecto nos levantamos tarde el sábado. Por la tarde hubo sesión de Vaticano, el río y el trastevere. El domingo más paseos por el centro y acompañamos a Rafa que cogía el tren dirección Bologna. Muy guay con él, me ha caído realmente bien.



Julia, Rafa, Manolo y yo en la cúpula del Vaticano. A Julia se le ve esa cara de asco que no pudo evitar tener mientras estuvo en le Vaticano. Desprendía ánticlericarismo por todos los poros.


Ayer celebramos el cumpleaños de Javi, así que Pablo y yo nos dispusimos a ir en busca de algunos regalos. Nos levantamos (relativamente) temprano y tiramos para el centro s buscar algún libro, una camisete y alguna tontería más. Más tarde se unieron Julia y Mila (recién llegada dre España). Buscamos por todas las librería de Italia y parte del extranjero, y ojeamos todos los libros de arte que hay en esta ciudad (creedme, nos son pocos). Al final acabamos comprando un libro que ya tenía y una camiseta. Por la noche de nuevo nos vendimos al "Loft" (discoteca llena de españoles cretinos buscando sexo y alcohol, de penos música y peores bebidas, pero en la que hay barra libre), y me prometí a mi mismo que perderé de vista este sitio en unos meses.

Hoy llevo un día más relajado, ya la pobre Julia demandaba un día sin largas caminatas, así que nos hemos quedado en casa y en un rato iremos a cenar a la "pecora pazza", un restaurante especializado en pastas(que raro, no?) que está por aquí cerca.

Mañana temprano cogemos un tren a Florencia, posiblemente una de las ciudades que más me gusta del mundo. De nuevo espero verme sentado en el suelo de la piazza de la Signoria por la noche, cuando ya los turístas se han ido y solo quedan algunos despistados que van de un sitio para otro...



Julia y yo en la Catedral de San Giovanni in Lateranno, cerca de casa.



Ciao.


W.S.




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