"La Vita è Bella"

Las emociones, los sentimientos, no entienden de idiomas. Una canción, la melodía exacta para cada momento, a veinticuatro fotogramas por segundo mientras prestas atención y te evades del espacio-tiempo en el que te encuentras. En los dialogos de las grandes películas puedes llegar a captar cada matiz, apenas sabiendo un poco del idioma. Y emocionarte como el que más.Disfrutar, como hice anoche, de "La Vida Es Bella" ("La vita é Bella") en versión orginal, en italiano claro, es realmente un placer.

Ahí, en el Circolo Degli Artisti, un local mitad sala de teatros y conciertos mitad pizzeria-terraza, empezó una noche, que sinceramente ha sido la primera en la que me lo he pasado realmente bien desde que llegué a esta ciudad. Y digo pasarlo bien sin condiciones, sin peros que objetar, pues sin apenas conocer a nadie, solo unas horas de relación nos avalaban, estuve cómodo sin más. Aún sin ser una noche perfecta para muchos, ni de desfase ni mucho menos, la noche estuvo realmente bien. Unas francesas, algún italiano, unos gallegos, madrileños y castellanas, una turca, mis compañeros de piso y yo. Un grupo de todo menos convencional que acabó al más puro estilo alameda vieja charlando y riendo en una piazza del quartiere di San Lorenzo hasta bien entrada la madrugada. Cerveza y vino amenizaban la velada, con los cánticos de fondo de alguno de los habiantes autóctonos de este barrio que poquito a poco se hace un hueco en mi. O mejor dicho, yo me hago un hueco en él...

La mañana de hoy transcurrió al más puro estilo erasmus, entre oficinas en las que nadie te entiende, y que, sin embargo, están llenas de españoles en tu misma situación. Me colé en un rato en una basílica cercana a la estación y que fue restaurada por Miguel Ángel. Si te gusta el arte, uno de los placeres de esta ciudad es que en cualquier hueco entras en una iglesia, o ves una plaza o un palacio, y encuentras cosas realmente increíbles. Esta taerde puede que vaya a ver la Villa Borghese, y después quizás a un concierto, no sé. Si no, siempre quedará el recurso, no menos bueno, de una fiesta discotequera llena de españoles a las que poco a poco debo ir acostumbrandome.

Estoy pensando comprarme una bici. Cercano al trastevere me dijeron que venden bicis muy baratas (30 o 40 leurillos), siempre que no te importe la legalidad de la procedencia...En el fin de semana pasaré haber qué encuentro...

Mañana toca madrugar de nuevo, comienza il corso di italiano, o al menos nos dan las notas del examen de ayer y nos dirán cuando empezamos. Bueno, aunque con la burocracia italiana ( y especialmente la de la Universitá di La Sapienza) nunca se sabe. Puede que empezamos mañana, pasado, el lunes, en noviembre...¿quién sabe?Digamos que aquí son "especiales" para ese tipo de cosas. Pronto dedicaré una entrada a esa raza autóctona llamada italianos, y más en concreto a la , por lo que dicen, más soprendente y peculiar personalidad de todas las que encuentras en este pequeña bota: la de los romanos.

Un abrazo. Hoy, por estar tan contento, os echo de menos, me encantaría contaros todo que lo que vivo y siento por aquí, y enseñaros esta ciudad, que bien merece un viaje.

W.S.